Aunque la leche materna y la leche artificial aportarán la mayor parte de la nutrición y las calorías de tu hijo hasta que cumpla un año, ofrecerle comidas ricas en nutrientes puede ayudarle a comer de forma más sana a largo plazo.
A partir de los 6 meses, hay un par de carencias nutricionales que puede ser necesario subsanar.
Alimentos a base de cereales
El pan, la pasta, los fideos, los cereales de la mañana, el cuscús, el arroz, el maíz, la quinoa, la polenta, la avena y la cebada son alimentos a base de cereales. Los niños necesitan energía para crecer, desarrollarse y aprender, y estos alimentos se la proporcionan.
Lo mejor es que alimentes a tu hijo con pasta y pan integrales, que tienen un índice glucémico bajo, para garantizarle un aporte constante de energía a lo largo del día.
Espinacas cocidas
La abundancia de minerales, vitaminas, pigmentos y fitonutrientes de las espinacas, como el folato, la vitamina A, la niacina, la vitamina B6, la vitamina C, la vitamina K, el potasio, el manganeso, el zinc, el magnesio, el hierro y el calcio, contribuyen a sus numerosas ventajas para la salud. Las espinacas contienen mucha fibra insoluble, que puede facilitar la digestión.
Las espinacas cocidas pueden servirse como guarnición sencilla para el desayuno, la comida o la cena. Cocínalas hasta que estén blandas en una sartén con mantequilla y sazónalas a tu gusto.
Lácteos
La leche, el queso y el yogur son alimentos lácteos importantes, en los que abundan las proteínas y el calcio.
Los lácteos pueden introducirse en torno a los seis meses. La lactancia materna o artificial debe ser la principal fuente de alimentación de tu bebé hasta que tenga al menos 12 meses, cuando la mayoría de los niños empiezan a comer con su familia. Después, si tu hijo consume una dieta equilibrada, puedes ofrecerle leche de vaca entera.
Los productos lácteos enteros son necesarios hasta que los niños alcanzan los dos años, ya que crecen rápidamente y necesitan mucha energía.
Caldo de huesos
El caldo de huesos es bueno para el sistema digestivo, el cabello y la piel, y es una forma estupenda de reforzar el sistema inmunitario del bebé y protegerlo de los resfriados y la gripe. Tiene un alto contenido en aminoácidos esenciales y otros nutrientes como el calcio y el magnesio.
Puedes servir caldo de huesos casero, caldo de huesos comprado en la tienda y recalentado en una taza abierta, o sopa de pollo casera con verduras suaves.
Arándanos
En los arándanos abundan los fitonutrientes y los antioxidantes.
Los arándanos silvestres tienen más antioxidantes que prácticamente cualquier otro alimento. Se ha demostrado que protegen las neuronas cerebrales e incluso ayudan a reparar daños en los tejidos del cerebro y del SNC.
La densidad ósea, la presión arterial, la prevención del cáncer, la reducción de la inflamación, el control de la diabetes y la salud cardiaca son sólo algunas de las numerosas ventajas que aportan a la salud. En los arándanos abundan la vitamina C, la vitamina K, la vitamina B6, el folato, el potasio, el cobre y el manganeso.
No existe un enfoque único para la introducción de alimentos sólidos, pero hay algunos puntos que debes tener en cuenta a la hora de dar a tu bebé alimentos ricos en nutrientes.
- No sólo hay que tener en cuenta la edad del bebé, sino también las señales de madurez en el desarrollo para tomar sólidos.
- Practica la alimentación reactiva.
- Comience con alimentos reales, ricos en nutrientes (especialmente alimentos ricos en hierro y zinc).
- Proporcionar una amplia gama de sabores y texturas, cuando sea apropiado para el desarrollo.