¡NO le des sandía a tu bebé antes de leer esto!

¡NO le des sandía a tu bebé antes de leer esto!

La sandía puede introducirse en la dieta del bebé en cuanto esté preparado para empezar a comer sólidos, lo que suele ocurrir alrededor de los seis años. seis meses.

 

Antes de empezar a introducir los sólidos, hay que tener en cuenta algunas cosas. ¿Es la boca de tu bebé lo bastante grande para comer un determinado alimento? ¿Mastica bien la comida antes de tragarla?

 

Por estas razones, la sandía y otros sólidos no deben introducirse demasiado pronto.

¿Es la sandía una causa frecuente de atragantamiento en los niños?

Las semillas de la sandía pueden provocar riesgo de aspiración. Compre una sandía sin pepitas o quítelas antes de ofrecérsela a los recién nacidos para reducir el peligro.

 

Cuando un bebé está aprendiendo a manejar una consistencia sólida y el zumo al mismo tiempo, la sandía puede provocar mucha tos y arcadas.

 

Si esto se convierte en un problema, sirva rodajas más finas de sandía o una enorme y gruesa rodaja de sandía con la corteza sin gran parte de la fruta para que el niño la utilice como mordedor. Si sirves sólo la corteza, asegúrate de que los trozos tengan al menos un centímetro de grosor y un par de centímetros de largo.

 

Manténgase siempre a una distancia prudencial de su hijo durante las comidas y cree un entorno seguro.

¿Cuál es la mejor manera de presentar la sandía a tu bebé?

La suave textura de la sandía es más fácil de engullir para los comensales principiantes y, finalmente, de masticar, siempre que esté lo bastante madura. Por lo tanto, no es necesario mucho trabajo de preparación para hacerla apta para bebés. Córtala en rodajas de un tamaño adecuado a su edad y retira la corteza para los bebés menores de un año.

Beneficios de la sandía para la salud de los bebés

Los nutrientes de la sandía pueden ayudar a tu bebé de las siguientes maneras:

 

  • La vitamina C ayuda a luchar contra las infecciones, refuerza el sistema inmunitario y favorece la absorción del hierro.

 

  • Como la fruta tiene un 93% de agua y un 7% de pulpa, ayuda a hidratar el cuerpo. Mantendrá hidratado a tu bebé, sobre todo en verano.

 

  • El antioxidante licopeno, beneficioso para el corazón, se acumula en la fruta a medida que madura. Los carotenoides como el neurosporeno, la luteína, el fitoflueno, el fitoeno y el betacaroteno también abundan en las sandías. Los carotenoides contribuyen al mantenimiento de la salud cardiovascular y a la conservación de la visión.

Algunas precauciones a tener en cuenta

Es importante tomar las siguientes precauciones antes de dar sandías a su hijo:

 

  • La sandía debe ofrecerse a los bebés cuando hayan cumplido entre 6 y 8 meses.

 

  • A la hora de dar fruta a los bebés, la textura también es muy importante. La sandía debe darse al bebé en porciones del tamaño de un bocado. Si tu bebé se niega a comer los trozos de sandía, tritúralos un poco.

 

  • Si un bebé come sandía, puede experimentar reacciones alérgicas como erupciones cutáneas, diarrea, vómitos, secreción nasal y mareos. Mantente atento a los síntomas alérgicos.

 

  • Asegúrate de que la sandía que compras en la tienda es de buena calidad.